A Su automóvil deportivo antiguo se merece el mejor trato, por lo que siempre lo estaciona en los lugares más lejanos y vacíos del estacionamiento, en la medida de lo posible de la posibilidad de un golpe de puerta casual perpetrado por un comprador descuidado. Incluso lo estacionas a caballo entre dos espacios, para proteger sus tiernos flancos. Para su horror, un viaje rápido a la tienda departamental, marcado por dos largas caminatas a través de un terreno vacío (una a la tienda y una segunda al auto), termina en su peor pesadilla. Un psicópata le ha puesto la llave a su coche, que incluso tuvo la temeridad de escribirle una nota grosera sobre lo inapropiado de sus hábitos de estacionamiento.